Cirujano capilar y Director médico de Clínica Esbeltia
Muchas personas nos preguntan cómo es el postoperatorio después de un injerto capilar: cuidados del pelo injertado, si es doloroso, qué deben tomar, si pueden hacer deporte y otros asuntos relacionados con su vida diaria.
El injerto capilar en Clínica Esbeltia se realiza mediante la técnica FUE, la más utilizada en España, que es una técnica ambulatoria que no precisa de ingreso en un hospital. Es una cirugía muy poco invasiva que sólo precisa de anestesia local. El paciente puede volver a su domicilio tras finalizar la intervención.
La mayoría de los pacientes deberán esperar entre tres y seis días para incorporarse a su jornada laboral, una vez que han desaparecido las señales visibles de la cirugía (enrojecimiento de la zona injertada y una pequeña inflamación). Sin embargo, ese periodo dependerá de qué clase de actividad realice el paciente.
Durante el postoperatorio del trasplante deben seguirse unos consejos básico sobre los cuidados del pelo en ese periodo.
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El injerto capilar en Málaga se realiza mediante la extracción de las unidades foliculares, una a una. Se extraen de la zona donante situada en la zona posterior de la cabeza.
La cirugía puede durar entre 5 y 8 horas. Depende del número de unidades foliculares a extraer para implantarse en la zona receptora.
La intervención no conlleva apenas riesgos médicos. Es muy laboriosa, lenta y precisa de un alto grado de especialización del equipo médico (cirujanos, enfermeras y técnicos). En ella se lleva a cabo la extracción de los folículos pilosos, uno a uno. Es una labor muy delicada en la que puede dañarse el folículo.
Una vez extraído el folículo, debe colocarse en la zona receptora, en la incisión que realiza el cirujano. También es una labor muy delicada en la que puede dañarse el folículo si no la realizan manos experimentadas.
Con la técnica FUE -que es la utilizada en Clínica Esbeltia por el dr. Ruiz Solanes– los cabellos se extraen uno a uno y se colocan de la misma forma, individualmente.
Una vez finalizada la intervención no es necesario realizar curas en la zona donante o en la zona receptora. Las pequeñas incisiones practicadas por el equipo médico cicatrizan por si solas, sin necesidad de una cura o cuidado especial. Durante las primeras 24 horas del postoperatorio del injerto capilar es normal sufrir picores o quemazón en la zona donante o en la zona receptora. No es una molestia excesiva y se soporta sin complicaciones.
Durante la recuperación, en algunos pacientes puede producirse una pequeña inflamación o edema en la parte frontal de la cabeza (frente y parte superior de los ojos) por la acción de la anestesia. Es una situación totalmente normal. Se debe a que en algunos pacientes la anestesia aplicada en la parte superior de la cabeza puede extender sus efectos hacia la zona más baja por efecto de la gravedad.
Esta inflamación desaparece progresivamente, por si sola y sin hacer nada, en dos o tres días. Se puede aplicar hielo en la zona de la frente y párpados, no en la zona injertada, para esta inflamación desaparezca más rapidamente.
En estos tres primeros días del postoperatorio del injerto capilar FUE los cuidados se limitan a:
Si algún folículo se llegar a infectar el paciente deberá tomar antibióticos y si el picor llega a convertirse en dolor, situación poco frecuente, podrá tomar analgésicos para erradicar el dolor. El cirujano decidirá en cada caso si administrar esta medicación desde el primer día para evitar este tipo de efectos secundarios.
A partir del tercer o cuarto día la zona receptora tendrá un cambio importante ya que puede enrojecerse bastante y sobre todo, empezarán a aparecer pequeñas costras en los folículos. Estas costras se deben al proceso normal de cicatrización de los folículos injertados ya que los mismos han sido implantados en unas pequeñas incisiones que deben cicatrizar. Estas costras son las cicatrices que aparecen tras una herida. Son una buena señal de que todo evoluciona con normalidad.
A partir del tercer o cuarto día tras el trasplante de pelo aparecerán en el cuero cabelludo unas pequeñas costras. Es un proceso totalmente normal dentro de la cicatrización de los folículos injertados.
Durante los primeros ocho o diez días los folículos se fijan definitivamente a la zona receptora por lo que es el periodo más importante en cuanto a los cuidados por parte del paciente. Por lo tanto, se deben seguir al pie de la letra los cuidados postoperatorios del trasplante de cabello.
El ejercicio físico debe eliminarse durante al menos 15 días y se prohíbe totalmente el baño en piscinas o playas.
Se debe evitar el contacto directo del sol en la zona injertada. Si es necesario estar al sol por motivos laborales o personales debe usarse una gorra o sombrero durante ese tiempo.
La cabeza ya puede lavarse pero siempre con mucho cuidado y siguiendo las indicaciones que se entregan en la nuestra clínica. Es imprescindible usar champús anticaída neutros y suaves.
Al igual que en los primeros días, el paciente no debe rascarse ni tocarse en la zona receptora para evitar dañar algún folículo injertado.
Pasadas unas dos semanas, las costras se caen por si solas. El paciente puede tocarlas o masajearlas muy suavemente para facilitar su caída.
El pelo existente en cada folículo injertado terminará cayéndose debido al estrés al que ha sido sometido. Se suele caer a las tres o cuatro semanas y comenzará a crecer uno nuevo. Los resultados iniciales de la intervención podrán verse a los tres meses. El folículo producirá un nuevo pelo, con más densidad, y a partir de ese momento podrán verse los resultados definitivos de la operación capilar.
Este proceso completo puede tardar entre 10 y 12 meses. Es un proceso lento que tarda meses en ofrecer sus resultados definitivos. Y debe tenerse en cuenta que cada folículo crea sus cabellos a un ritmo distinto por lo que la densidad que pueda observarse a partir de los seis y ocho meses continuará aumentando hasta el resultado final a medida que van creciendo nuevos cabellos en los folículos que hayan sido más lentos.
Es una cirugía muy segura ya que las microincisiones que se practican tanto para extraer los folículos de la zona donate como para injertarlos en la zona receptora cicatrizan por si solas sin necesidad de curas posteriores. Sin embargo, en algunos casos pueden producirse algunos efectos secundarios no deseados como un sangrado excesivo, inflamación en la zona intervenida, infección de algunos folículos pilosos o foliculitis e incluso dolor tras la operación. Son efectos secundarios muy leves que no revisten gravedad alguna y que se solucionan con antibióticos y antiinflamatorios orales en la mayoría de los casos.
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